miércoles, 2 de noviembre de 2016

“la pesadilla de un escritor"

Un sueño
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Una vez soñé algo a lo que le denominé “la pesadilla de un escritor”: Una figura masculina entraba a su departamento desprolijo y frio, casi igual que el aspecto de aquél hombre, aventaba sus llaves sobre la cama sin tender y con tedio se sentaba frente a su escritorio, miraba impaciente el teclado y el cursor parpadeando sobre la página en blanco de su computadora,  sinuosos intentos de escribir que se ahogaban con el paso de las horas, el reloj martillando minuto tras minuto y la página seguía en blanco. La angustia del hombre se tornaba enfermiza, comenzaba a sudar y a chasquear los dientes, tan fuerte que casi se comparaba con el eco de las manecillas que avanzaban a prisa.
Después de muchos esfuerzo, las palabras iban surgiendo, una a una, con ritmo y franqueza, las páginas se iban llenando de frases hermosas y vivas, toda la agonía iba quedando atrás, el alivio reconfortaba al personaje, pero no por mucho tiempo.
Cuando por fin el hombre comenzaba a plasmar palabras, sus manos perdían el control, primero la velocidad con la que escribía se volvía insólita, al grado de que la coordinación para articular palabras desaparecía, después las manos del personaje se estiraban a gran distancia de manera que la computadora se alejaba más y más hasta que casi resultaba imperceptible, para terminar con el desconsuelo, en un solo acto súbito el hombre se derretía, se disolvía espontáneamente quedando como una mancha líquida en el suelo del cuarto.
***
A pesar de que este sueño lo tuve hace casi cuatro años, sigue muy presente en mi memoria, y hoy más que en otras temporadas, me identifico con él. Pasé casi un año en un proceso de investigación, recabando información, argumentando mi postura, haciendo y rehaciendo secciones para publicar, y ahora que puedo “descansar” y volver a la escritura suelta y libre, sin un formato o estilo rígidos, me siento completamente perdida como aquél personaje al que la distancia entre lo que quiere decir y lo que escribe se vuelve inmensa, tanto que para este primer post he hecho casi tres ensayos, desechando lo escrito en donde comparaba el totemismo descrito por Freud con un sueño que tuve. En fin, si de algo ha de servir este blog y como ya decía con antelación, es para una depuración mental, con la cual espero recuperar un poco de la forma que tenía de relatar historias.
Bienvenidos pues al sitio donde iré vaciando poco a poco mi cabeza, o ya sea violentamente, en cuyo caso pido consideración  por las letras, puntos o acentos omitidos en la premura de escribir.

gloria 

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