Un sueño
Un sueñ
Un sue
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Un s
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U
Una vez soñé algo a lo que le denominé
“la pesadilla de un escritor”: Una figura masculina entraba a su departamento
desprolijo y frio, casi igual que el aspecto de aquél hombre, aventaba sus
llaves sobre la cama sin tender y con tedio se sentaba frente a su escritorio,
miraba impaciente el teclado y el cursor parpadeando sobre la página en blanco
de su computadora, sinuosos intentos de
escribir que se ahogaban con el paso de las horas, el reloj martillando minuto
tras minuto y la página seguía en blanco. La angustia del hombre se tornaba
enfermiza, comenzaba a sudar y a chasquear los dientes, tan fuerte que casi se comparaba
con el eco de las manecillas que avanzaban a prisa.
Después de muchos esfuerzo, las
palabras iban surgiendo, una a una, con ritmo y franqueza, las páginas se iban
llenando de frases hermosas y vivas, toda la agonía iba quedando atrás, el
alivio reconfortaba al personaje, pero no por mucho tiempo.
Cuando por fin el hombre comenzaba a plasmar
palabras, sus manos perdían el control, primero la velocidad con la que
escribía se volvía insólita, al grado de que la coordinación para articular
palabras desaparecía, después las manos del personaje se estiraban a gran
distancia de manera que la computadora se alejaba más y más hasta que casi
resultaba imperceptible, para terminar con el desconsuelo, en un solo acto
súbito el hombre se derretía, se disolvía espontáneamente quedando como una
mancha líquida en el suelo del cuarto.
***
A pesar de que este sueño lo tuve hace
casi cuatro años, sigue muy presente en mi memoria, y hoy más que en otras
temporadas, me identifico con él. Pasé casi un año en un proceso de
investigación, recabando información, argumentando mi postura, haciendo y
rehaciendo secciones para publicar, y ahora que puedo “descansar” y volver a la
escritura suelta y libre, sin un formato o estilo rígidos, me siento
completamente perdida como aquél personaje al que la distancia entre lo que
quiere decir y lo que escribe se vuelve inmensa, tanto que para este primer
post he hecho casi tres ensayos, desechando lo escrito en donde comparaba el totemismo
descrito por Freud con un sueño que tuve. En fin, si de algo ha de servir este
blog y como ya decía con antelación, es para una depuración mental, con la cual
espero recuperar un poco de la forma que tenía de relatar historias.
Bienvenidos pues al sitio donde iré
vaciando poco a poco mi cabeza, o ya sea violentamente, en cuyo caso pido consideración por las letras, puntos o acentos omitidos en
la premura de escribir.
gloria
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