Alter
Lo veía yacer en el suelo,
rodeado de restos de historias deshechas, pedacitos de libros quemados volaban por
el aire como una lluvia ligera, las cenizas nos cubrían, manchaban su piel pálida con su fino roce – ¿Sancho, qué ha
pasado?- apenas su voz susurrante alcanzó a decir, - Mi señor, esta vez fue
demasiado… ellos nos superaban en número, lo siento señor creo que esta ha sido
la última aventura.
Poco a poco sus ojos se fueron
cerrando, su rostro se transformaba en algo insólito, algo sin precedentes,
algo que no puedo describir más que como
sobrenatural, aquel caballero no combatiría más…
-¿Pero qué fue eso que lo… lo
atacó?
- Te lo he dicho ya, esas
criaturas carecía de vida, sus ojos no tenían alma y aun así se movían, eran
bastantes, sus brazos largos y huesudos nos tomaron por la espalada, él con
maestría esquivó a unos cuantos, incluso el buen Rocinante fue de ayuda, el
pobre y fiel Rocinante… tampoco tuvo un final agradable, las criaturas simplemente
acabaron con él
- ¿Acabaron con ellas?, con las
criaturas, ¿se fueron para siempre?
- Mi buen amigo, yo no sé si
volverán, aquella horda fue eliminada,
el fuego se deshizo de ellos, al igual que ellos devoraron a nuestro caballero
de armadura oxidada.
gloria
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